domingo, 28 de junio de 2009

La trivialidad del aprendizaje

¿El aprendizaje es algo tan absolutamente trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
No, el aprendizaje no debería de ser bajado al nivel de una trivialidad en la que cada quien – y en suma grupos – han buscado y adaptado un beneficio propio. Sin embargo tambien es importante señalar el origen académico de donde procedemos en generación académica y, la corriente desde donde fueron diseñados nuestros esquemas de enseñanza – aprendizaje. Como tal el cumplimiento de objetivos en función de dominio de contenidos era el eje central, el aspecto subjetivo y humano no era tomado en cuenta como tal, sin embargo producto de eso somos todos nosotros y no perdimos la realidad existencial humana, por el contrario logramos y seguimos logrando transformaciones dadas con base en el aprendizaje mismo al que nos enfrentamos día con día.
Sin embargo, tambien es cierto que el aprendizaje no puede ser observado o medido con simples preguntas respondiendo a propósitos de contenidos ajenos a lo que en realidad busca el ser humano como aprendiz. El proceso evaluativo del aprendizaje tiene que ser integral teniendo como punto de partida que el que aprende es un ser humano con aspectos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales y no una máquina que se automatiza para responder a un acción.
Vargas Beal expone que en términos de la noción del aprendizaje, este debe considerarse como una realidad construida por el propio sujeto en el proceso mismo de hacerlo suyo y sumarlo como un conocimiento que pasa a formar parte del andamiaje de su vida. Como tal, no podemos hablar de una medición con simples preguntas, esto implica otras formas de observación y seguimiento que permita la suma de un todo, la respuesta a un proceso de formación integral.

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